jueves, 24 de septiembre de 2015

Alegato en defensa de la filosofía

Como si de una reunión de Alcohólicos Anónimos se tratara, me presento: "Hola, soy Isabel y soy de letras". Sí, lo reconozco, soy una adicta a entender los comportamientos humanos, a analizar el porqué de determinadas reacciones sociales, a ir más allá. Pero me temo que, además, ya es tarde para mí, ya no hay marcha atrás en mi camino hacia el descubrimiento de lo más profundo del ser humano.

Acabamos de ser testigos de la supresión de Filosofía de 2º de Bachillerato como asignatura obligatoria en los institutos españoles. "No sirve para nada, no tiene salidas", dicen. ¡Pobres ignorantes! -quienes lo afirman, porque se lo han creído, y los estudiantes que carezcan de ella en el futuro-.

Esa concepción de estudiar algo para ganar dinero es algo nuevo, creado por un sistema capitalista en el que el hombre nace para consumir no para vivir. Sin embargo, esa idea está ya tan extendida que da miedo. Da miedo porque empieza a dar fruto.

La idea de que algo que "no tiene salidas" -productivas en términos económicos- es menos válido es terrible. La educación, la cultura, el saber son una cosa, el trabajo es otra. ¿Acaso la historia tiene "salidas"? No, o al menos no las que un padre querría para su hijo, porque lo que se dice ganar dinero como historiador... Entonces, ¿cuántos años le quedan como asignatura obligatoria en nuestras escuelas? Pero, si no estudiamos historia, si no nos cuentan lo que han hecho nuestros antecesores en el mundo, ¿cómo podremos no repetir sus errores?

Con la filosofía pasa exactamente lo mismo. Si no estudiamos cómo ha ido evolucionando nuestro pensamiento hasta hoy, ¿cómo vamos si quiera a entender nada de lo que nos rodea? Si no entendemos la evolución filosófica del hombre jamás podremos entender que la sociedad se conforma de ideas arraigadas generación tras generación y que en la mayoría de los casos son así porque un poder -el que sea- lo ha querido así.

La ciencia dice, entre otras muchas cosas, que el hombre viene del simio. De acuerdo. ¿Qué cambió en los cerebros de esos primeros homínidos para separar por completo su línea evolutiva de la de los primates? El pensamiento. Genial. Y ahora vamos a eliminarlo. Vamos a borrar de nuestra educación lo que nos hace seres humanos.

Yo estudié letras, a pesar de que todo el mundo me dijera que iba a tirar mi vida a la basura. Ya entonces fui consciente de que el mensaje no era tanto "estudia lo que te haga feliz" sino "estudia lo que te de dinero". Por suerte, decidí seguir mi instinto. Mi amor por las ciencias sociales y las letras era mayor que el miedo a no tener una vida llena de lujos.

Sé que con 15, 16, 17 años estudiar filosofía puede resultar tedioso. En esas edades, filosofar no es algo que suela apetecer. Sin embargo, años después, con el tiempo y las experiencias vitales, esa base cultural se convierte en pilar fundamental para entender lo que nos va sucediendo y no volvernos locos -o volvernos locos por ser conscientes de que no somos dueños de nuestros actos, sino que somos borregos dentro de un grupo humano concreto-.

La filosofía ha sido la última asignatura que ha caído -se mantiene como optativa, es decir, que sólo la elegirán unos pocos-. Aún se mantienen algunas, lo que yo ya no sé es hasta cuándo. Así que cada vez serán menos los que desarrollen su capacidad de pensar y, por tanto, cada vez serán menos los que sean humanos.

1 comentario:

  1. No podría estar mas de acuerdo Isa, y eso que soy de ciencias, pero me parece tan importante uno como lo otro. Además, la filosofía no solo enseña la evolución del pensamiento, sino que potencia la capacidad de plantearse cosas y preguntarse mas allá del que comeré hoy. Es una pena

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