martes, 14 de abril de 2015

Historias muy humanas en un mundo cada vez más inhumano

Vivimos en un mundo cada vez menos humano, pero por suerte a veces somos testigos de historias muy humanas. Tan humanas que no deberían enternecernos y sin embargo lo hacen.

Ayer llegó un email a la oficina de un lector del principal periódico del grupo en el que estoy trabajando ahora. No se trata de un hecho aislado ni mucho menos. Todos los días los recibimos. Pero el de ayer era especial.

El remitente nos contaba que era un fiel comprador del diario, todos los días se hace con un ejemplar y termina entreteniéndose con su crucigrama. Pues bien, este querido lector se quejaba de que uno de estos últimos días no había podido comprar el periódico y por ese motivo no tenía el resultado del crucigrama del día anterior. Necesitaba ese ejemplar, necesitaba completar su crucigrama.

La compañera que leyó el mail no pudo por menos que leérnoslo en voz alta. Todos comentamos lo entrañable de la cuestión. Es más, tanto enterneció a los presentes que el asunto del mail ha llegado a traspasar los muros de la oficina, ha llegado a oídos de nuestros grupos de amigos y familiares. Y todas las reacciones son iguales: todo el mundo quiere que este adorable lector reciba su periódico perdido.

Llegado este punto, habrá quienes penséis que somos un poco sensibleros de más (o gilipollas, como prefieras), o que estamos demasiado aburridos y este tipo de cosas son las que nos alegran los días de trabajo. Puede ser la primera opción, quizás lo sea la segunda, o pueden ser ambas –también puede no ser ninguna-. Pero lo cierto es que esta pequeña historia ha conseguido sacar nuestro lado más humano, recordar que disfrutar de los pequeños placeres es algo que está al alcance de todos pero muy pocos lo hacemos.

Este tipo de ‘microrelato’ ha hecho que por un momento olvide los temas frustrantes de los que suelo hablar en este blog. Ha logrado que deje de lado el hater que hay en mí. Ha hecho que me siente a escribir con una sonrisa. Y eso no es algo que pase a menudo.


Así que, querido lector frustrado, desde aquí haremos todo lo que esté en nuestra mano para que puedas terminar tu crucigrama, sobre todo porque gracias a tu historia nuestro lunes fue mucho más humano.