lunes, 28 de noviembre de 2011

Batallas vencidas


La Navidad ha llegado de pronto (o mejor dicho, el consumismo navideño) y con ella un año más que termina. Sin embargo tengo la sensación de que el 2011 ha sido y está siendo aún, uno de los años más intensos de toda mi vida.

Con eso no me refiero sólo a mi mundo personal, sino a ese que comparto con todos vosotros y con todos aquellos que no leen este blog. Hacía muchos años que no se percibía acontecimientos tan asombrosamente esperanzadores contra los sistemas establecidos. De pronto hemos sido testigos de que el ser humano, aparentemente dormido y aletargado, no lo está tanto. 

Primero un “pequeño” levantamiento de saharauis (lamentablemente los eternos reivindicadores) en el Aiun, dentro de los territorios ocupados por Marruecos. Parece que  este hecho es algo aislado, y de hecho hoy nadie lo menciona como un inicio de la consiguiente Primavera Árabe.

Uno tras otro, millones de ciudadanos bajo el yugo de dictaduras han dicho basta y han conseguido cambiar cosas.

Aquí en España también se alzaron las voces. En un país acomodado, donde desde la transición parece que todo lo que se venía encima era acatado y padecido  en el silencio del núcleo familiar. Un grupo de gente que entendía las ganas del resto, organizó en un tiempo sorprendentemente corto, una de las mayores movilizaciones que se recuerdan en nuestro país y cuyo día pasará ya a la historia: 15M.

No voy a entrar en detalles que todos conocéis, no trato de hacer un resumen de los acontecimientos vividos. Sino recordarlo. Porque últimamente y, desgraciadamente, hace ya tiempo, las noticias giran en torno a lo mismo, a esta maldita crisis.

Nos hacen olvidar todo lo movido. Nos atemorizan y desconciertan y lo cierto es que desde abajo poco podemos hacer. Sin embargo lo hemos hecho. Hemos sido valientes y aunque esto no es más que el principio, ahí estamos, y juntos podremos continuar.

En cuanto a mí, sin entrar en detalles, digamos que he vivido un año de batallas, tanto internas como externas. 2011 ha sido un año de reflexión y enfado, reducción de la velocidad de mi vida y reforzamiento de mí como Persona (lo pongo con mayúscula porque esta palabra ha perdido el valor tan importante que representa).

Mis padres me dijeron en mi cumpleaños que tenían la impresión de que este año lo recordaría, para el resto de mi vida, con ilusión y aun quedando algo más de un mes para abordar este próximo 2012, puedo decir que tenían razón.

Todos enfrentamos batallas, pero la clave, al final, es tener la certeza de que se pueden vencer. Es difícil tener la sangre fría y no salir corriendo, pero con valor se puede llegar muy lejos y vosotros y yo de momento, algo ya hemos hecho.

Feliz final de 2011…