martes, 13 de septiembre de 2011

Se termina el verano, otra vez

Yo no he tenido vacaciones reales, porque, de hecho,  he estado trabajando de becaria. Pero aun así tengo de sentimiento de “game over” que no se separa de mí.

Es curioso, porque cualquiera que piense en estos tres meses, seguro que recuerda, en primer lugar, esas semanitas de escapada con la pareja, el grupo de amigos o la familia. Sin embargo yo tengo un regusto muy agradable a lo largo de todo el verano.

Mi tiempo en la redacción no podría haber sido mejor. Corto pero intenso y, sobre todo, muy productivo, tanto a nivel profesional, como emocional. Ya puedo decir que he conocido a gente que se ha ganado un huequito en mi vida, y otros que si no lo han hecho así, sí lo han conseguido en mi listado de gente con la que me apetece toparme algún día por Madrid y preguntarles como les está tratando la vida.

Por otro lado, ¿quién quiere una semana o dos o tres (o más quién pueda) de vacaciones pudiendo tener “mini-breaks” todos los fines de semana.

Hace un par de meses comentaba encantada la opción de pasar el verano en Madrid, para mí algo totalmente novedoso. Pero al final no he parado. He estado en levante, en el cantábrico, en mi pueblo, en otras ciudades (no puedo sino mentar la Feria, sí amigos manchegos, este año lo he pasado aun mejor que la última vez y sintiéndolo por mis anfitriones, creo que tendré que seguir yendo…) y hasta en la Warner. 

He vivido en un único verano sensaciones que alternaba años atrás. Antes me daba pereza moverme, ante la posibilidad de disfrutar más tiempo de un sitio, de la gente. Pero esta vez he podido ver a muchos amigos, reencontrarme con otros tantos y disfrutar de muchas fiestas.

También es cierto que no todo es tan maravilloso. Cada domingo o lunes que volvía a Madrid tenía ese sentimiento de vacío que te queda cuando te separas de alguien con el que has compartido grandes momentos. Cada domingo o cada lunes tenía ese pequeño “síndrome post vacacional” del que hablan los expertos. Y cada domingo o cada lunes soñaba con los días, escasos pero tan inigualables que viví.

Aun quedan unas semanitas y seguiré disfrutando así del verano. Pero tenía que agradecer a todos esos que me han acompañado en los días de escapada, tanto del norte como del sur, los de siempre y los más nuevos. Porque este, sin duda, es ya uno de los mejores veranos de mi vida.