Tras meses, o mejor dicho, años, padeciendo el ataque de los medios que vaticinan
el apocalipsis económico de este país, parece que por fin los españoles se
toman un respiro.
Aun no siendo muy partidaria del espectáculo del fútbol (me recuerda más al pan y circo de los
romanos de lo que pensaba), ayer me di cuenta de que para muchos de nosotros
esa alegría por la victoria de la selección no lo es tanto por la excelencia
del equipo que nos representa, sino porque por fin, después de mucho tiempo,
hay una buena noticia.
Curiosamente hoy comienzo mis prácticas en El País. Me han
situado en la sección de domingo, lo que significa que podré desarrollar temas
sin preocuparme tanto de la actualidad más inmediata. Podré (o eso creo) contar
cosas ‘bonitas’.
Siempre he creído que el mundo necesita estar más informado
sobre lo que pasa alrededor y lo sigo
pensando. Pero la prima de riesgo no es lo único que está sucediendo. Hay
lugares del globo donde la gente sigue muriendo de hambre (desde hace mucho
tiempo), hay sitios donde los homosexuales se tienen que esconder, hay naciones
donde las mujeres no pueden enseñar más que sus ojos cuando caminan por la
calle.
De pronto no solo no paramos de mirarnos al ombligo, sino
que nos preocupamos de la única cosa que seguro que no podemos controlar, los
famosos mercados.
Obviamente tampoco podemos controlar a Cesc o Casillas, son
seres humanos libres (y con mucho más dinero que los demás para hacer lo que
les viene en gana, por cierto), pero gracias a esta competición ‘futbolera’,
muchos de nosotros hemos dejado un poco de lado la obsesión por salir de la
crisis y hacer bien nuestros trabajos para seguir pagando la hipoteca. Hemos
hecho un hueco para los amigos y la familia.
Ayer vi el partido con mis amigos y uno de ellos comentó: “Parece
Noche vieja, todos besándonos y llamándonos por teléfono”. Creo que aunque odie
el negocio del fútbol, tengo que admitir que este respiro nos ha venido bien a
todos.
Ahora solo falta que los jugadores repartan un poquito de lo
que han ganado… Pero ese es otro tema.