jueves, 25 de junio de 2015

Contenido y continente

Llevo un par de meses sin trabajar, o al menos, sin trabajar a cambio de dinero. Cada mañana me levanto con el despertador entre las 8,30 y las 9, miro posibles vacantes de empleo, lanzo algunos currículos y abro el documento llamado 'LIBRO'. Ahí, con decisión, lo que estoy haciendo ahora es escribir un libro. Pero no.

Bloqueo. Estoy en pleno bloqueo. Empecé a escribir un intento de novela hace unos meses, cuando aún tenía trabajo, y a pesar de los horarios y las horas de lecturas en el metro sacaba ratos para echar a andar la historia que estaba naciendo en mi cabeza. Sin embargo, ahora que tengo todo el tiempo del mundo, no consigo escribir. Curioso.

Hay quien me insiste en que tengo que disfrutar de este momento y aprovechar para escribir, que en definitiva "lo que más cuesta es empezar". Eso lo tengo, pero no me concentro. Vale, segundo consejo: "No hagas nada, no te exijas nada, desconecta. Lo más importante es que no pienses más de la cuenta". Anotado. ¿Alguien me explica cómo hacerlo? Otros me aseguran que la clave es tener una rutina, y en eso creo que pocos me ganan, pero aún así tampoco.

Sin embargo, hoy todo ha cambiado. No sé si será que veo un poco de movimiento en el terreno laboral.

No estoy segura si tendrá que ver con una cuestión de actitud. No creo en el karma, ni en el destino, ni nada de eso, pero sí que me repito cada mañana que la vida es una cuestión de actitud. La diferencia, por decirlo de manera sencilla, está en ver el vaso medio lleno o medio vacío.

He pasado épocas en las que mi vaso siempre me parecía estar medio vacío, más cerca de terminarse que de saciar mi sed, pero de repente, una chispita de esperanza hace que todo parezca mejor. Hace que de repente quiera volver a escribir -de hecho esta entrada es un claro ejemplo- y, sobre todo, hace que vea las cosas bellas y optimistas que siempre han estado delante de mis ojos y rechazaba sin darme cuenta.

Esta mañana he visto en mi muro de Facebook este vídeo, parte del discurso de José Mújica en UNASUR 2014:



Este vídeo me ha dado un bofetón de realidad, me ha emocionado, me ha activado, me ha hecho llorar y reír. En definitiva, me ha dado ganas de seguir luchando. ¿Por qué? Porque soy joven y porque, como dice Mújica, la felicidad está en dar contenido a la vida, es decir, convertir la vida en un continente.