miércoles, 11 de febrero de 2015

De repente

Pasa de repente, cuando menos te lo esperas, o mejor dicho, cuando ya no esperas nada.

Un día te despierta una llamada al móvil. "¡Buenos días! ¡¿Estabas durmiendo aún?! Venga, pues levántate, pon bonito tu currículo y pásamelo". Alguien -quizás un amigo, o tal vez sólo un conocido- se ha acordado de ti.

Sin embargo, eso queda ahí. Agradeces el gesto, te aseguras de quedar con esa persona para tomar un café/cerveza/cena, pero desde tu foro interno sabes que ese documento no va a llevarte a nada. Y es precisamente en ese momento cuando vuelve a sorprenderte el teléfono.

Una nueva llamada. Semanas después, cuando te has preocupado de ocuparte en mil historias para no tener tiempo libre y sentirte un miserable por no estar trabajando -véase cursos varios-, una voz al otro lado del aparato te pregunta si eres quién dice el currículo que tiene en las manos. "Sí, soy yo... y sí, sigo sin trabajo... Claro, claro que me interesa, ¿cuándo?...".

Y ¡zas! Otra vez en marcha. De nuevo sientes ese cosquilleo a la altura de la boca del estómago, una vez más tienes que enfundarte la americana de persona seria y sentir que tienes toda la fuerza del mundo para empezar en algo distinto y totalmente nuevo. Aunque solo sea una prueba; da igual que no llegue a nada más; lo importante es que de repente sientes que sigues viva.





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